50 consejos para ser escritor

Hice un breve resumen de los conceptos que me parecen más importantes del libro 50 consejos para ser escritor de Colum McCann.

Una de las propuestas de McCann es que “las reglas están para ser dinamitadas”. Luego aclara que para obviar, eliminar o reinventar una regla, debe conocérsela a fondo. Es decir no leas, pero sí lee el libro de McCann.

“La primera frase debería abrirte la caja torácica en canal. Debería llegarte dentro y retorcerte el corazón.”

Recomienda, también, un comienzo “activo”, es decir una acción que proyecte hacia delante tu escrito. Esto nos recuerda a lo que planteó Horacio Quiroga, por ejemplo, entre otros.

“No escribas de lo que sabes”. Este consejo es valioso porque es aplicable a muchos ámbitos. Es la invitación a ver más allá, a buscar lo que quieras saber, a arriesgarse y salir de la zona de confort.

El cuarto consejo es un llamado a escribir. Y lo que propone McCann es dedicarle tiempo a la escritura, aunque no se escriba, dedicarle tiempo de igual forma y estar listo para cuando venga la inspiración, ideas o como queramos llamarle. Tal como decía Picasso: “La inspiración tiene que encontrarte trabajando”.

¿De dónde vienen las ideas?: de las obsesiones de cada autor.

Esta es una frase que me encantó, tanto que la compartí en redes (@kafkaescritores en todas las redes):

“El auténtico propósito de la buena literatura es convertir lo nuevo en duradero.”

“Tus personajes tendrán que ser intrincados, complicados, con defectos.” McCann recomienda, como todos los teóricos, conocer tus personajes al mínimo detalle. “Inventarte alguien real”. “Conoce a tus personajes como a ti mismo”.

“La buena escritura son dos cosas: arte y verosimilitud”.

Lleva un cuaderno de apuntes.

Busca el Punto de vista adecuado para tu escrito. Esto tiene que ver más que con el narrador que seleccionamos, con la función que tiene ese narrador para la historia. Si escoges un omnisciente, por qué; si escoges un segunda persona, por qué, qué función cumplirá ese narrador y ese punto de vista.

Haz diálogos naturales.

“Puede que un diálogo no sea auténtico pero deberá ser honesto. Y lo que sí deberá tener es apariencia de soltura”.

McCann recomienda no abusar de lo coloquial, las jergas, los modismos.

Lee tu texto en voz alta. Esto permite trabajar el ritmo y reconocer errores. Es decir que debemos trabajar la musicalidad.

Pregúntate: quién-qué-dónde-cuándo-cómo-por qué.

Quién: narrador / personaje.
Qué sucede: trama.
Dónde: lugar / espacio.
Cuándo: nos cuenta y desde cuándo nos cuenta la historia.
Pregúntate “Cómo se relaciona esto con lo que ha ocurrido antes, cómo han sucedido los hechos”.
Y, por qué el narrador está contando la historia. Es decir: cuál es la “necesidad del protagonista por contar la historia”. Incluso, cuál es la nuestra.

“La estructura es un contenedor para el contenido”.

“En realidad la estructura puede tener cualquier tipo de forma: solo debes asegurarte de que no se convierta en un intrincado agujero en el suelo, en el que nos quedemos sepultados, incapaces de trepar hacia fuera.”

Puede ayudar tener una visión general y un determinado punto final o, al menos, la idea de un final. “Una estructura adecuada” dice McCann “reflejará el contenido de la historia que quiera contar”.

Colum McCann recomienda enfocarse en el lenguaje más que en la trama. Dice que: “Lo que sucede nunca es tan interesante como el cómo sucede”.

“Cualquiera es capaz de contar una gran historia, pero no todo el mundo es capaz de susurrarte algo hermoso al oído”.

Cuidar la puntuación, guiones puntos y aparte, dos puntos, puntos y coma, puntos suspensivos, paréntesis. “Si lees lo suficiente, la gramática te saldrá sola”, dice McCann.

Investigación: “La investigación es la piedra angular de casi toda escritura, incluida la poesía”. Más allá de google, recomienda ir a bibliotecas y prestar oído a la gente de la calle, diferente a nosotros.

“Si deseas averiguar cómo era la vida de un constructor de barcos hispano en el estado de Florida en la década de 1940, pues, dirígete primero a la biblioteca, y luego, si te lo puedes permitir, desplázate hasta Florida, visita un astillero, pregunta por ahí, da con alguien que conozca a alguien, o con alguien que se acuerde de alguien, y si no, siempre te quedará dar con alguien en tu imaginación”.

Una investigación negligente puede dar textos con excesivas obviedades. “Aparenta ser un experto, incluso entre los mismos expertos”.

Evitar las frases trilladas y lugares comunes. “Cada palabra importa.”

El escritor debe darle importancia a su vida más allá de ser escritor. Y buscar en lo sencillo, en lo cotidiano, banal, obvio, la dicha. Es decir no negar la vida “real” del escritor. Son precisamente esas obviedades que nutren lo extraordinario de la literatura.

Las olimpiadas literarias no existen. “Tu ambición no ha de ser otra que la de mejorar tu escritura”.

Cualquier edad está bien para empezar a escribir. No hagas comparaciones con otros autores jóvenes. Que hayan empezado antes, no significa que vayan a perdurar.

No seas un capullo (coloq. Esp. Persona estúpida y molesta. U. t. c. adj. U. t. c. insulto).

McCann da este consejo para ser humildes. No presumir ni pensarnos los mejores. Lo que habla por nosotros, debería ser la obra que escribimos.

Nuestros personajes deberían tener dificultades y obstáculos, como en la vida real.

Fracasa

“el fracaso te dice que escribas una historia más grande, una historia mejor”.

Lee. El joven escritor, la joven escritora, tienen que leer leer y leer. De manera trepidante promíscuamente.

“La vida es demasiado corta para beber vino de cartón, pero todavía lo es más cuando se trata de libros malos.”

“Leer es cómo es pasado estará dando forma a tu futuro”.

Rejoyce Leer a Joyce.

Quién es tu lector ideal: tu lector ideal eres tú. Mira hacia el futuro y trata de preguntarte cómo ese texto podría ser visto por ti en el futuro.

33.

Sobre cómo leer tu relato con una mirada fresca: déjalo reposar un par de semanas y vuelve a leerlo con distancia. ¿Vale la pena o debes desecharlo?

Permite la inteligencia del lector: haz trabajar al lector, que participe intelectualmente en la obra.

“cuando permitas la inteligencia de tus lectores estos volverán a ti una y otra y otra vez… Al final, las buenas historias las escriben los lectores.”

Una escucha secreta habla de que no tenemos certeza de lo que escribimos hasta bien avanzado el relato o la novela. Pero que mientras lo haces, llega la revelación.

¿Dónde escribir? En cualquier parte, en metros, buses, bibliotecas, cafeterías, donde estés cómodo. Recomienda McCann el tener una habitación relativamente cómoda, un espacio que te pertenezca y en el que no seas interrumpido.

¿Debería leer mientras escribo? Al iniciar una novela, dice McCann que se debería leer voraz e indiscriminadamente y que podríamos hallar motivos de inspiración. Que podemos coger influencias, pero que las intentemos matizarlas con nuestro estilo.

Destroza ese espejo: apela al trabajo creativo e imaginativo. No escribas sobre tus familiares tal como son, no los avergüences. Parte de la realidad y construye tu ficción. A quien debes avergonzar es a ti mismo.

Tu última frase. Pensar y repensar. Se acaba la historia, pero permitir que el lector siga pensando después de que se acaba la obra. Lo que se busca es que el lector se acuerde, que cambie.

¿Sabes cuál es el consejo con el que no estoy totalmente de acuerdo?

El punto 15 el que dice:

“Lo que sucede nunca es tan interesante como el cómo sucede”.

Partamos de que el qué y el cómo es algo que no se puede separar. Es lo que forma nuestro estilo y que viven en simbiosis, nutriéndose y resignificándose mútuamente. La postura de primar el qué la uso en el cuento y es mi manera de concebir el relato corto. Creo que el fijarse en el cómo es un procedimiento que pertenece más a la novela. El cuento cuenta algo. No tiene tiempo de retóricas. Y sin embargo, cuando McCann dice: “Cualquiera es capaz de contar una gran historia, pero no todo el mundo es capaz de susurrarte algo hermoso al oído”. Creo que tiene completamente la razón. Y confieso también que cuando dice:“Empieza por el lenguaje y el contenido irá modulando entonces la forma.” siento que todavía no llego a ese punto como escritor. No lo he experimentado por lo mismo, no puedo negarlo. Pero suena idílico. Tanto como cuando decimos que nuestros personajes nos dicen qué hacer. Que este decir es, como saben, un poco trampa, después de todo.