Despedida en nochebuena – Marcelo Chávez | Cuento navideño
—Llévame a casa a pasar la Navidad —esa frase quedó grabada en su cabeza.
Aquella tarde, lo vistió con sus mejores galas y salieron a pasear en auto. Ansiosos de volver a los sitios de la infancia, pasaron por parques y calles, la Alameda y el cine Capitol. Dejó que él hablara sin interrumpirlo. Tomaron sus helados favoritos en San Agustín. Al final de la tarde, de vuelta al sanatorio, se abrazaron con un afecto que él no había sentido antes.
—Llévame a casa a pasar la Navidad —le había dicho.
En su apartamento se sirve un trago. Las luces que decoran la ventana no tienen ya color o forma precisa. Tras la ventana, la ciudad está vacía. Un escalofrío recorre su espalda. Por ahora es difícil saber cuánto tiempo estará su padre en el sanatorio.
Sentado en el sillón, cierra los ojos e imagina a toda su familia mientras cantan villancicos y agitan palitos de bengalas encendidas. Su madre lo abraza al tiempo que su padre pone, sobre su cabeza, esa mano fuerte y protectora.
—Feliz navidad —dice la madre.
El ensueño es tan vivido que lo reconforta. Extraña muchísimo a su madre. La magia del recuerdo tiene olor a uvas y chocolates, a juguetes nuevos. Se queda dormido.
Una llamada telefónica lo despierta. Su padre falleció en el sanatorio a las tres de la mañana de un paro cardíaco.
Una lluvia pertinaz cae en el silencio, la misma que seguirá cayendo hasta el día de su entierro.
por Marcelo Chávez
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